Tiempo de reclusión
de autoconocimiento,
de echar de menos a lo bestia,
de apreciar las pequeñas cosas,
una beso, una caricia o un abrazo,
un fugaz cruce de miradas
con esas personas que apreciamos. Cuando todo pase no esperare,
directamente haré mi vida diferente,
daré un abrazo en persona
a cada uno de los míos,
para agradecer su gran compañía
en estos momentos de soledad.
Abrazare a la libertad como nunca,
tras echar tanto de menos
el trato con las personas,
un paseo por un parque, por el monte,
ver puestas de sol, amaneceres,
viajar mirando al horizonte.
¿A quien echo de menos?
¿Que echo de menos?
Busca dentro de tu interior
y sabrás tu respuesta,
todos tenemos cosas o personas
que apreciamos y nos llenan,
sin ellas, la libertad, es otra condena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario