La escalada de la vida

La vida es como la escalada, 

cuando nacemos empezamos a 

aprender a reconocer cosas 

y podemos avanzar gateando

como si fueran cuartos. 

Que se convierten en quintos 

en cuanto empezamos a caminar, 

ya sabemos pisar y ganamos, 

confianza a cada paso que damos. 

Después aprendemos a correr 

y con ello llegan los sextos, 

se abre ante nosotros una gran variedad 

y un mundo de posibilidades,

llamémoslo a, b, c, según dificultades. 

Estas se complican con los séptimos, pasamos de ser niños a jóvenes, 

los estudios son más difíciles

incluso empezamos a trabajar. 

Nada más difícil que los octavos 

mujeres, esposas, niños, 

y sin tiempo para nada más. 

Y ya fruto de la veteranía y experiencia,

con la vejez vienen los novenos, 

pero estos cuestan más 

y solo algunos llegaremos.

Sin miedo

Hay una frase que dice:

No tengas miedo, 

casi todos los primeros besos, 

se dan sin pensarlo demasiado.

Quien no robo alguna vez un beso,
preso de los nervios 

o movido por la atracción dijo; 

a la mierda ahora o nunca

y unas veces salió bien, 

pero otras, otras no tanto.

Lo importante es no rendirse nunca, 

ni verse víctima del fracaso,

tan solo aprender de los errores, 

dijo a un alumno un maestro sabio, 

quien no arriesga no gana,

lo importante no es caerse 

sino volver a levantarse,

nunca se aprecia de verdad un amor, 

si antes, si antes, 

no sentiste al corazón 

dejar de latir un instante.

Amores

Hay momentos en mi vida 

que tuve amores que comenzaron, 

unas veces por un trueque de besos,
otras por un intercambio 

de simples mensajes de texto,

o porque nos atraíamos demasiado.

Hay veces que terminó de repente,
otras el recuerdo perduró en el tiempo, 

y otras, acabo de forma intermitente.

Unas veces se gana y otras se pierde,
pero saber aceptar las derrotas 

eso si que es de valientes.

Dejar diluir los sentimientos

no es malo ni nos hace débiles, 

aveces guardas aprecio a alguien,

son personas increíbles, 

con una entereza y valores sublimes

y si te importa de verdad, 

es mejor conservar esa amistad

que perderla por egoísmo, 

piensa también en su felicidad

se empático y no sólo en ti mismo.

Cuarentena

Tiempo de reclusión 

de autoconocimiento, 

de echar de menos a lo bestia, 

de apreciar las pequeñas cosas, 

una beso, una caricia o un abrazo, 

un fugaz cruce de miradas 

con esas personas que apreciamos. Cuando todo pase no esperare, 

directamente haré mi vida diferente,

daré un abrazo en persona 

a cada uno de los míos, 

para agradecer su gran compañía 

en estos momentos de soledad.

Abrazare a la libertad como nunca, 

tras echar tanto de menos

el trato con las personas, 

un paseo por un parque, por el monte,

ver puestas de sol, amaneceres,

viajar mirando al horizonte. 

¿A quien echo de menos? 

¿Que echo de menos? 

Busca dentro de tu interior

y sabrás tu respuesta, 

todos tenemos cosas o personas

que apreciamos y nos llenan, 

sin ellas, la libertad, es otra condena.

Amor y números.

Pasos de cuatro pies
que caminan acompasados,
pasos de cuatro pies
que van a morir al pie de una farola.
Una farola titilante
que entre luz y sombra,
deja ver de forma intermitente,
el movimiento de cuatro manos
acariciando dos cuerpos.
Dos cuerpos pegados,
abrazados por cuatro brazos
mientras son acariciados
y cuatro labios de dos bocas
que se comen a besos continuos,
bajo destellos de luz entrecortados.
Cuatro ojos que se besan cerrados,
cuatro ojos que se abren,
para mirarse entre suspiros
y hablarse sin palabras.
Dos personas que se despiden
y que poco a poco se alejan,
pasos de cuatro pies
que reemprenden la marcha,
pero en un sentido opuesto
y dos caminos distintos
hasta la próxima cita,
para que un baile de números
les una de nuevo
y puedan demostrarse un amor,
que puede expresarse con numeros
ademas de palabras.
Porque a veces y digo a veces,
uno más uno no son dos,
uno más uno es un único amor,
de dos personas que fluyen
al son de dos latidos acompasados,
que forman una misma canción.

Me recuerda a ella.

Una frase me recuerda a ella:
De las cosas que nunca tuve,
eres lo que más echo de menos.
Una imagen me recuerda a ella:
Su sonrisa,
capaz de hacer brillar
lo que empezó,
siendo un día de mierda.
Un sonido me recuerda a ella:
El arrullo de su voz,
y aunque no la escucho a menudo,
nunca olvidaré el día que lo hice.
Pero no recuerdo de ella:
El olor de su cuerpo o su pelo,
la suavidad de su piel,
el sabor de sus labios,
porque por desgracia aún,
aún no la tuve entre mis brazos.
Dicen que lo bueno se hace esperar,
que los frutos de la paciencia
son dulces y el camino es amargo,
siempre me gusto
saltar sin red a lo inesperado,
que tiene ella que me enloquece
es algo que no llegue a saber,
que si merece la pena,
estoy seguro que si pero no lo se.
Pero se que los tiempos muertos
entre amores a quemarropa,
sirven para buscar el amor perfecto,
porque si, soy de los que buscan,
no de los que se sientan a esperar,
un culo inquieto del amor
pero que junto a alguien,
se detiene el tiempo
y mi corazón vive en un tío vivo
y se llena de tantos sentimientos
que tiene más magia que un circo.
Que de cosas me recuerdan a ella
y como me acuerdo de ella,
dame alas, fuego, si me escuchas,
dame vida y dejame entrar en la tuya.

Di no

Diana era bella
inteligente y decidida
sin miedo a la vida caminaba
impulsada por afán de superarse
e intentar ser independiente,
madre coraje, soltera y fuerte,
paseando un día vio Guillermo
resultaba a la vista un tio atractivo,
era alto, fuerte y varonil,
nada más cruzarse hubo flechazo
otro día al verse conversaron
andaron de la mano y se besaron,
lo que parecía un cuento de hadas
más adelante se hizo una pesadilla,
a el le daba por beber e insultarle,
la pobre era el blanco de su ira
tras días malos en la oficina,
resultó que un día no pudo mas
ante todo estaba su hijo y le dejo,
todo por la sangre pero sin sangre,
otra vez soltera, libre, otra vez feliz.